Hace un par de días que me retiraron el castigo en Hogwarts, pero el castigo de la sociedad seguía vigente, era un incordio no poder ir a Hogsmeade. Comencé a estudiar lo que entraba en el los TIMOS, no me apetecía corretear por los jardines aunque escuchaba a lo lejos risas y juegos. La noche comenzaba a caer sobre la escuela y los sonidos empezaban a cesar, me estire un poco, todas las articulaciones empezaron a sonar. Recogí los libros en mi baúl y comencé a andar hacia el gran comedor.
Parecía que los ánimos estaban muy bien en el gran comedor, la gente hablaba de manera distendida, a lo lejos vi a Sein indicándome que me sentara.
-Ey Dimas, que dándole a los libros
-No, solo estudiando - sonreí.
-No sé cómo puedes estudiar después de haber estado limpiando la biblioteca, yo después de eso tendría urticaria nada más ver un libro- intervino Luck
-Vosotros también tendríais que estudiar - regaño Layla
Empezaron a aparecer muchos platos de diferentes guisos, todos comenzamos a cenar, desde la noche llego un sonido. Unas alas oscuras atravesaban el comedor. Antares me miraba con sus ojos dorados, me levante del asiento y levante la mano para recibirlo, lo notaba inquieto, cogí un trozo de pan y se lo di, chasqueo el pico e intento quitarse la carta del pie.
-Tranquilo chico, que te pasa. - empezó a picotearme la mano, por su reacción era importante. La cogí y vi que tenía el símbolo de Centauri dibujado, el halcón volvió a picarme la mano.
Moví ligeramente mi mano con rapidez sobre el sobre produciéndome un corte, algunos de los chicos estaban mirándome mientras comían, las pequeñas gotas de sangre tocaron el sobre y el pequeño chasquido indicaba que el hechizo de protección había sido levantado.
"Alfa Centauri
La sociedad tiene una mala noticia que darles a todos ustedes, uno de nuestros durmientes activos ha sido declarado desaparecido en combate.
Adara Liens
Después de varias semanas de búsqueda se la da por desaparecida, larga vida a los hijos de Centauri"
Mi mundo se derrumbo, no sabía dónde estaba, ni que hacía, solo allí parado, leyendo como mi amada había desaparecido en acción, varias lagrimas cayeron por mi rostro mirando como el gran comedor se volvía turbio y oscuro como si nada mas existiera. Con un golpe de brazo Antares voló, soltando un quejido, como si me acompañara en el sentimiento. Absorto en mis pensamientos permanecí lejos de la gente, salí por las puertas del castillo y me senté en aquel lugar, en el árbol donde había meditado tanto, releía la carta una y otra vez como si quisiera encontrar otro nombre en ella. Acompañado de la noche y las estrellas mi mundo dejaba de existir.
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