[Relatos Cortos] Loba

Aquel día nublado la conocí, sus extraños ojos me miraron y fue cuando la hable, su raza no suele ser muy comunicativa, de hecho podría haber sido un pequeño bocado.
Sus orejas estaban caídas, era un frío invierno, aunque para ella lo era incluso más. Era una loba negra, sus ojos amarillos se clavaban, andaba con un gesto cabizbajo, clavando sus patas en aquella fría nieve y dejando sus huellas marcadas. La observe algunos días, tal vez desde el frío se la viera diferente. Siempre caminando, sin descanso y en solitario, algunas veces se unía a algún compañero, pero vagaba kilómetros sola. Y allí me encontré aquella vez, frente a ella mirándola desde mi rama y sus ojos fijos en mí.

-¿Por qué viajas sola?
-Porque quiero
-¿Vas a algún lugar?
-Simplemente camino.

Volé alto, no hubo despedida, simplemente silencio entre ambos, el día avanzaba inexorable ante la oscuridad. Ella seguía caminando, allí abajo donde podía verla. Descendí de nuevo. Y me volvió a mirar con aquellos ojos, podían ver mi interior, pero me mantenía impasible.

-¿No vas a tu hogar?
-No tengo hogar
-¿Ya no te acompaña ningún compañero?
-No tengo compañeros

Los dos permanecimos en silencio, ningún decía nada, simplemente allí estábamos. Ella pregunto.

-¿Tú no vas a tu hogar?
-No tengo hogar fijo, simplemente voy donde me lleve el viento.
-¿Viajas solo?
-El viento es mi única compañía

Se movía pero sus ojos me miraban, se tumbo en la fría nieve. Su pelo se movió un poco con la brisa del atardecer.

-¿Tu hogar ahora donde esta?
-En lo alto de las montañas, donde puedo verlo todo.
-¿Por qué me observas?
-Porque estás sola.

Movió el hocico, como si eso la hubiera herido en lo profundo. Me enseño ligeramente los dientes y se marcho andando. Yo volví a las alturas, mirándola. Las corrientes de aire atravesaban mis plumas, me dejaba caer y planee hasta ella.

-¿Necesitas compañía?
-No necesito a nadie.
-¿Por qué?
-Porque estoy sola.

Se volvió a parar, a mirarme y a atravesarme con la mirada, no cambio, solamente sonrío con unos pocos dientes. Hacía días que no estaba sola, alguien velaba por ella, alguien volaba mirándola desde el cielo. Para que ya no viajara sola, por que algún día encontraría su hogar.

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