Mis manos resbalan por el volante, observo un control de carretera a lo
lejos, no contaba con ello en este viaje. El policía me pide que me aparte del
trafico, no hay nadie más circulando por allí, es una carretera de mala muerte,
no comprendo el porqué de este control.
Respondo con lentitud a lo que él me dice, la ventanilla bajada hace que el
olor a sudor entre por mi nariz, solicita la documentación y los papeles del
coche, el eco de su voz suena tan lejano. Mi mano derecha se desliza por debajo del asiento tocando algo frio, mis
dedos lo acarician lentamente, para él
es algo rutinario su mirada es tranquila, para mí también.
No le da tiempo a pestañear otra vez, el uniforme se mancha de sangre en cuestión
de segundos, le sale a borbotones de la garganta, su compañero no reacciona,
tarde. Mis pies descalzos tocan el asfalto caliente. Empieza a gritar algo mientras
me apunta con su arma, el hedor a miedo y sus ojos moviéndose rápido por la
adrenalina, llegan con rapidez a mi cerebro que responde a ellos, aprieta el
gatillo pero falla, error. Mis manos lanzan el cuchillo acertándolo mortalmente
en el pecho, un buen tiro, tendré que comprar otro. Piso la sangre del policía,
eso me alivia del calor del asfalto, subo a mi coche continuando mi viaje.
1 comentario:
Artista. Revisa ese texto porque hay algunas erratas y frases incompletas o eso me parece.
Por lo demas me encanta, ya sabes que tienes un talento y lo debes explotar. Un beso genio. ;)
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