Axel estaba vestido con un antiguo traje de su padre con ambas tonfas enfundadas en sus piernas, se resguardaba en la oscuridad. Las luces de aquel
barrio estaban rotas o titilantes, un lugar perfecto para esperar que algún
delincuente hiciera de las suyas. A veces dudaba de su entrenamiento, leer libros o ver algunas clases en un gimnasio no le daban suficiente confianza para estar allí, pero
esa noche tenía que hacerlo. Debía continuar el legado de su padre.
En esa noche de luna nueva, la falta de luz, le impedia moverse con soltura por los tejados, ni siquiera con su vista
mejorada lo hacía más fácil, Lidya continuaba saltando entre las cornisas. Algo se movía en aquel callejón, por fin un acechador al que atacar, era la
segunda noche que salía por ese barrio, esta vez no cometería el error del
pasado día, saltar a un lugar demasiado alejado. Ahora se deslizaría por una tubería
para sorprender a un delincuente. Estaba nerviosa.
Un ruido llego desde el tejado, el muchacho saco su arma justo en el momento
en que una figura lo atacaba, consiguió parar el golpe, pero no con la
suficiente fuerza como para mantenerse de pie, su cuerpo golpeo el suelo,
vislumbro una figura femenina, pero su visión estaba borrosa por el impacto.
Ella lo miro de soslayo, había conseguido derribarlo, pero eso no era
suficiente, debía vencerlo o de nada serviría los años en los que su familia se
entrenaba para ser un clan fuerte.
- Vamos levántate y pelea
- ¿Quién coño eres? - Estaba confuso y dolorido, aun no era lo
suficientemente fuerte.
- Alguien que te va a entregar a las autoridades - se impresiono de su
propia voz.
- Lo dudo - un salto algo torpe hizo que se pusiera de pie.
La chica no esperaba que hiciera eso, un asaltante con alguna formación de
combate, aunque fuera mínima le resultaría más complicado de lo pensaba.
Él
cogió su tonfa del suelo mientras desenfundaba a su hermana, un pequeño reflejo
en las manos de la figura le hizo sospechar que llevaba una navaja.
Ambos se
lanzaron contra el otro, el sonido de los golpes resonaba en aquel lugar
oscuro. Le estaba costando trabajo derribarla, lo que en principio le pareció
una navaja era una daga lo bastante fuerte para hacerle frente, no podría
aguantar más envites.
-Parece que tienes algo de entrenamiento, eso lo reconozco - Un pequeño
suspiro de cansancio salió de su boca.
-¿Una daga?, ¿quién lleva una daga?
Los dos estaban estupefactos, portaban armas poco comunes para un delincuente habitual, ese enfrentamiento quedaría en tablas por el
momento, aunque Axel no era rival, incluso con la forma que había tenido que
defenderse, no aguantaría por mucho tiempo. Por otro lado Lydia solo luchaba
con una de sus dagas, la mano estaba empezando a entumecerse, no estaba
dispuesta a sacar su otra arma hasta que la cosa fuera a más.
Un pequeño reflejo les llego a ambos desde el final del callejón, el sonido
de un bastón lo acompañaba, sin ellos darse cuenta alguien los estaba
observando, en ese momento se había dejado notar. Ninguno tenía previsto
enfrentarse a un tercero, estaban esperando que alguno de ellos bajara la guardia
para huir.
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