-Veo que luchaís bien, demasiado bien para ser unos novatos- su voz era grave y muy melodica, los pasos la acompañaban mientras se acercaba a ellos.
-¿Quién eres? - Axel y Lydia se pusieron en guardía. mientras miraban la oscuridad del callejon. El hombre aun no se había mostrado completamente, solo podían intuir una figura y el reflejo de sus gafas que se dejaban ver en la oscuridad.
-¿Quereís ser heroes?, ¿Quereís luchar contra el crimen?, pero solo veo que sois novatos, ni siquiera reconoceis a alguién de vuestro propio bando - al finalizar su baston golpeo el suelo y ambos cayeron al suelo.
-No importa quién seas, no eres nadie para juzgarnos - el muchacho trataba de levantarse sin poder conseguirlo.
-Llamadme El Instructor. Si de verdad deseaís ser heroes venid a verme, os dare todo lo necesario: instalaciones, un lugar donde dormir, incluso comida.
-¿Todo gratis?, nadie da nada por nada - la chica estaba casi de pie.
-No he dicho que esto no tenga un precio, cuando esteis preparados solo teneís que ir a esta dirección - Lanzo dos tarjetas a las manos de los dos mientras desaparecia en la oscuridad.
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