Los dedos se hundían en la tierra húmeda, el olor a hierba fresca
y a mar lo mantenían relajado, había sido un largo viaje hasta aquel mágico
lugar, tal vez demasiado.
Se irguió ligeramente cruzando las piernas para quedarse sentado,
el cielo era de un color rosado con toques azules, el momento justo donde el
día termina y empieza la noche. Aunque para él ya no existía más el tiempo, a
su lado se encontraba un viejo reloj de bolsillo con la esfera rota, de su
interior saltaban pequeñas chispas acompañadas de unos polvos azules que se
derramaban en el suelo de aquel acantilado.
Un chasquido lo alertó ligeramente, se llevó la mano al costado, al
ver una luz se dio cuenta de que no era más que la gran bombilla del faro,
preparada para ayudar a los barcos a no chocar contra las rocas e indicarles
que estaban cerca de casa.
- No te mereces esto, te arreglaré - acarició el viejo reloj que
sonó ligeramente como una campana, con un fuerte tic, lo guardó en uno de los
bolsillos de su traje polvoriento, ajado, demasiados viajes, muchas emociones
vividas, se podría decir que sólo la voluntad de ser un traje lo mantenía en
esa forma.
Se levanto una ligera brisa, las olas golpeaban con fuerza contra
las rocas, medrando aquel acantilado, el chico se puso de pie frotándose
ligeramente las rodillas algo entumecidas por la humedad, habían pasado horas
desde que llegó allí, se desperezó, se estiró, sus músculos volvían a coger
calor ya tensarse como si un violinista estuviera preparándose para un
concierto.
Cogió su capa y cruzó la hebilla por su pecho, quedando colgada
por uno de sus hombros, antes habría ajustado una hombrera de plata pero
ahora sólo quedaba una vieja tira de cuero con un algunos remaches rotos, tiró
de su chaleco negro, colocó el cuello de su camisa blanca, volvió a tocarse el
costado instintivamente, todo seguía en su sitio.
A lo lejos una anciana lo saludaba con la mano, por lo que pudo
ver en la distancia, un cayado con forma de huella felina le ayudaba a
sostenerse de pie, las ropas eran de un color rojo intenso. El chico sonrió y
se desvaneció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario