Subí a la lechuceria, siempre encontraba pergaminos y pluma allí, tiempo atrás
los estudiantes colocaron aquello. Escribí un mensaje con la rabia aun
contenida en mí.
-Llévaselo a él y si le arrancas una oreja mejor - le acaricie la oreja y se
lanzo volando, primero con un picado hacia el suelo y luego remontando el
vuelo.
Atravesé el castillo, dirigiéndome a la Sala común, no me fijaba en algunas
miradas que me lanzaban algunos miembros de Gryffindor, pero ese día poco me
importaba. Pase a través del hueco del retrato y vi como algunos de mis
compañeros me miraban.
- Ey Dimas - desde el fondo de la sala Sein me saludaba.
- Hola - conteste con apenas fuerzas.
- Una cita, con un combate, este es un Gryffindor de los buenos - animo Jake.
- Ya claro - dije intentando dejar el tema pasar.
- Venga hombre anímate, mira a esos curiosos, parecen cotillas con nuestro
escudo, fíjate en esto - Luck saco su varita, apunto a los pergaminos del grupo
que les lanzaba miradas y se transformaron en miles de trampas para ratones,
que empezaron a saltar pillando los dedos a los mirones. Todos comenzaron a reírse
excepto Layla y sus dos amigas que los miraban con el ceño fruncido.
- ¿Qué? - pregunto Luck con una sonrisa.
- Ya te vale, pensaba que eras el más serio de los tres, - replico una de
las chicas.
Mientras comenzaban a discutir me escabullí y me fui a mi cama, allí se
encontraba mi traje, algunos de los cierres estaban partidos forzosamente por
magia, era la única forma de quitármelo, incluso si me hubiera pasado algo mas
grave nadie me lo podría quitar.
Lo estire junto a mi cama y manteniendo mi varita entre mis manos comencé a
susurrar unos hechizos que me habían enseñado tiempo atrás, antes de entrar en Hogwarts.
El traje comenzó regenerarse por sí solo, las runas y símbolos refulgieron por
un segundo, lo doble con cuidado y lo metí de nuevo en su lugar. Algunas
molestias aun permanecían en mi espalda, aunque todo estuviera curado, sabía
que las heridas estaban en mi orgullo, herido en combate y haberme mantenido al
margen de la batalla tanto tiempo, me odiaba a mí mismo.
Me tumbe en la cama y espere a que todos se fueran a cenar, sabía que no me llamarían,
cuando estaba de esa manera los chicos no hacían ademan de obligarme a nada. Después
de cinco años juntos me conocían bien. Desde mi posición les escuche reír y
estar un rato jugando a los naipes explosivos, tras unas cuantas partidas se fueron
a dormir. Mire la luna y comprendí que era la hora, baje a la sala común, se
encontraba vacía. Espere junto al fuego y su cara comenzó a formarse.
Un hombre cuarenta y pocos años, con la cara marcada por algunas cicatrices,
pero apuesto, me miro a los ojos, pero mis labios ya se habían despegado, lance
un hechizo silenciador a la sala y grite.
-MALDITO BASTARDO, COMO HAS SIDO CAPAZ DE ESO, JUSTO DELANTE DE MI CARA,
TRAERLA AQUI Y HACERLA LUCHAR, LO PAGARAS LO JURO, MORIRAS A MI MANO..... - su
voz resonó mas que la mía.
-Tenme un respeto soy tu padre y tu superior
-TU NO ERES MI PADRE, ANTES MUERTO QUE SER EL HIJO DE ALGUIEN COMO TU, NO
DENARIO, A MI NO, TE LA LLEVASTE DE MI LADO HACE CUATRO AÑOS Y LA OCULTASTE DE
MI.
- Cállate muchacho insolente, yo no la he llevado allí, fue su Maestro, el
consejo me pidió que te notificara como tu Maestro, tu entrada al servicio
activo. - mis ganas de hacerle pagar se habían apaciguado, siempre hacia lo
mismo, aunque le gritara y lo maldijera, siempre mantenía la calma y acababa enseñándome
algo valioso, pero lo odiaba por llevarse a Adara a otro lugar, eso no se lo perdonaría.
- ¿Está bien, sus heridas fueron graves?-
- Si está bien, sus tíos se la llevaron, se recupero muy rápido, pero tú has
de recibir un castigo -
- ¿Un castigo?
- Si, Centauri no mata hombres, los captura y los contiene, pero no hace lo
que tú hiciste No sabía cómo, el conocía
lo que ocurrió en el bosque.
- ¿Que castigo? - estaba dispuesto a recibirlo, aun no podía explicarme que
me había llevado a hacer tales cosas en el bosque.
- Se te retiran los privilegios, pero sigues en el servicio activo, el
profesorado sabe que hubo un combate en el bosque oscuro, y te echaran un ojo,
pero eso es cosa del director, no quiere que ocurran incidentes en su escuela.-
Mire hacia la oscuridad me pareció ver algo, pero no le preste atención.
- ¿Eso es todo?
- Si es todo. Hijo cuidate, recibiras una carta del consejo en unas semanas,
con una decision respecto a tu comportamiento.
- Tu tambien Denario, Hasta pronto.
Las llamas volvieron a su tonalidad normal, mis pensamientos se agolpaban en
mi cabeza, ¿privilegios retirados?, nunca había escuchado eso. Pero esa carta
no llegaría a mis manos, buscaría a Adara y nos marcharíamos.
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