Era un día normal en el colegio, todos caminaban con sus atuendos
estudiantiles, las paredes del castillo no eran tan opresoras como en invierno,
la primavera se acercaba y todos estábamos un poco más alterados.
Me uní en poco tiempo al grupo, Layla me lanzaba miradas extrañas, estaba
seguro de que tendría millones de preguntas, era una chica muy curiosa, la
verdad es que me la imaginaba como una gran periodista de algún diario mágico
importante. En poco tiempo Jordison se nos unió, parecía cambiado, algo en sus
ojos era diferente, en un fugaz momento me miro. Comencé a pensar en los
rumores, se decía que su familia venia de Turquía, o de algún país del este
lejano, y que seguían un culto extraño, Centauri no los consideraba una amenaza,
sabía que a un compañero le ocurría algo, fuera lo que fuese.
Continúe la conversación con el grupo, todo lleno de risas, Luck imitaba al
profesor de cuidado de criaturas mágicas, comencé a pensar en Adara, donde podría
encontrarse.
El grito de Antares me hizo mirar al cielo, bajaba en picado hacia el grupo,
las chicas pegaron un ligero gritito, pero yo ya había alzado mi brazo para que
el aterrizara. Era una carta, sin señales, sin remitente, sin hechizos, quien podría
utilizar a Antares como mensajero.
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