[Dimas Arcana ] Capitulo 17 Pensamientos

Paseaba cada día mas solo, no quería estar con nadie, Layla había intentado hablarme pero la rechazaba no me apetecía estar con nadie, tenía las pistas necesarias para encontrar a Adara y no iba a desaprovecharlas si tenía que desobedecer a mi padre lo haría. Y la buscaría para marcharnos, a donde fuera, desde pequeños la había protegido y habíamos estado juntos ahora no la dejaría sola estuviera donde estuviera.

El trió intento animarme y llevarme a tomar cervezas de mantequilla al bar de Rosmerta, pero no me apetecía, cada día estaba mas errático, solo podía pensar en las siete damas, en sus enigmáticos mensajes.

Había comenzado a acostumbrarme a aquel lugar, sentado en ese árbol mirando al lago, a las pequeñas olas que se dibujaban con la leve brisa, pensando en lugares lejanos, aquel lugar que me conto el instructor existía una escuela mágica en la que entrenaban el cuerpo y la mente, algo poco común entre los magos, habilidades mas muggles que humanas.

-¡El sol!- mire uno de los mensajes de una de las damas. Corrí tanto como pude hacia la biblioteca, choque con una y ella trastabillo hacia atrás y callo con los libros en la mano.

La ayude a levantarse y vi que estaba bien, era de mi casa, tenía el pelo castaño, me disculpe y continúe corriendo.

Entre despacio pero con la respiración acelerada y la bibliotecaria me miraba con el ceño fruncido, algunos estudiantes levantaban la cabeza de grandes tomos o de sus trabajos. Busque aquel libro, escuelas, escuelas, escuelas del mundo, comencé a leer, no era posible, en clase de historia de la magia nos habían presentado varias escuelas en primer curso, justo antes de que Adara se marchara. Como no acordarme, me dijo que le gustaba, maldita memoria.

Mire el pie de foto con aquel inmenso palacio y leí

"Se piensa que esta escuela está ubicada en algún país de oriente pero su localización al igual que las de otras escuelas es secreta".

Tenía ya un lugar donde buscar, y era el momento de empezar. Deje el libro en su sitio y me fui hacia mi habitación, tenía que recoger lo imprescindible y pensar que día salir de la escuela sin ser visto. La encontraría costara lo que costara.